RETÓRICA POLÍTICA
ALBERTO ROCHA VÁZQUEZ
LA INMORALIDAD POLÍTICA DE ENRIQUE
DOGER
Ya lo dijo Immanuel Kant en el año de 1785 en el
libro Fundamentos de la Metafísica de
las Costumbres, donde habló de la noción del imperativo categórico,
definiéndolo como el principio supremo de la moralidad, es decir, un “concepto
autónomo” (independiente de la religión o ideología), autosuficiente y capaz de
regir el comportamiento humano en todas sus manifestaciones.
De esa
teoría, se han desprendido opiniones diversas en el sentido que en la política
mexicana y sobre todo, en el actuar de –la mayoría- de los políticos, la doble
moral no existe, por la simple razón de que en sus actos no hay nada de moral.
Por eso no se
puede decir que el actual diputado
federal Enrique Doger Guerrero tiene doble moral, porque simplemente –en
sus hechos- ha demostrado no saber que significa el término moralidad.
De ahí lo
despreciable de nuestro polémico personaje, quien en los últimos días se ha
esmerado en criticar a sus –ahora- adversarios políticos; siendo algunas críticas
justificadas y sustentadas y otras no, pero que solo tienen como único objetivo
el sacar raja política para sus irrisorias aspiraciones a gobernar el Estado de Puebla.
Por eso
también cobra mayor relevancia el ayudar al flamante legislador federal, pues tal
vez su magra memoria o su enfermedad de poder, le impiden recordar los
tremendos escándalos que protagonizó cuando fue edil de Puebla, entre ellos el presunto peculado que involucró incluso a la
fundación católica de beneficencia Cáritas
de Puebla.
Habría que
decirle a los ciudadanos que pretende engañar Doger, que en aquella ocasión -ya
al final de la administración dogerista- la Fundación Cáritas de Puebla fue utilizada por su ex director Mariano Saavedra Burgos –a quien se
liga con la organización de ultraderecha El
Yunque– para cometer un fraude de por lo menos 3 millones de pesos con
recursos del ayuntamiento que encabezó Doger Guerrero.
En ese
entonces, en varios medios de comunicación se manejó que el ex arzobispo de Puebla, Rosendo Huesca
Pacheco, dio por concluido el caso de supuesto peculado con la renuncia de Mariano Saavedra; no obstante que en la
prensa se divulgaron documentos que señalaron al entonces presidente municipal de Puebla, Enrique Doger Guerrero, como
responsable de desfalcar al ayuntamiento al desincorporar de su inventario un
lote de 147 automóviles chatarra para donarlos a Cáritas de Puebla.
Dichas
versiones periodísticas, apuntaron a que esas unidades fueron vendidas por la
administración de Doger Guerrero, violando flagrantemente la Ley Orgánica Municipal del estado, puesto
que ningún ayuntamiento está facultado para vender su patrimonio; sólo pueden
entregarlo a terceros mediante comodato o por donación.
La citada
operación, jamás pudo ser comprobada con documentos por parte del ahora
diputado federal, solo se dieron acusaciones mutuas, pues Saavedra Burgos
afirmó en ese momento que solo recibió un cheque de 200 mil pesos por parte de
ese ayuntamiento y por otra parte Enrique
Chávez Estudillo, secretario de administración en el gobierno de Doger
Guerrero, señaló que el único responsable del presunto fraude fue Mariano Saavedra, pues –dijo- que recibió
el lote de autos y lo vendió a la empresa
Prestadora de Servicios Independientes o Generales, a la que dio una carta
poder para recoger, a nombre de Cáritas,
las unidades chatarra; misma empresa que después se supo era una empresa fantasma,
ya que su dirección era la de una vivienda deshabitada.
Es posible
que el aspirante a la minigubernatura
crea que la falta de memoria histórica de los habitantes puede abonarle en su
vano proyecto, por eso en este espacio daremos cuenta de otros sucesos turbios
del todavía legislador federal priista.